La despedida de un año nos confronta con la reflexión acerca de lo realizado y con la esperanza de corregir nuestros errores y mejorar nuestra manera de vivir.

En mi caso me interesa sobremanera no molestar a mis vecinos y no logro comprender la desconsideración de algunos que invaden el espacio privado de los demás de muchas maneras, ninguna de ellas agradable o movida por el respeto. Parece ser que algunos juegan sistemáticamente al "tejo pasao", hasta que uno tiene el valor de enfrentar el conflicto y de reclamar por el perro que ladra con megáfono al lado de tu dormitorio durante toda la noche y por cualquier cosa; o de reclamar por el perro que queda solo todo el día y comienza a aullar como un loco desaforado durante horas en la tarde; o de reclamar por la obsesión de cortar el pasto a cualquier hora, cualquier día, durante todo el tiempo que les place. No voy a ahondar más en las variadas formas de zapatear lo nervios de tus vecinos, sin compasión, como locos desatinados, faltos de respeto y discreción.


No ha de sorprender a nadie pues, que tú, que careces de respeto por tu vecino, no puedas vivir en paz, que vivas miedosamente, que te domine el odio y el resentimiento, que ya no saludes a dios en tu prójimo y sólo veas a la víctima de tu desvergüenza y tu egoísmo sordo y ciego a la vida apacible de quienes viven en respeto mutuo.
Primavera es un lugar hermoso para vivir, salvo por la cantidad de perros que convierte las mañanas, las tardes y las noches en una atmósfera bulliciosa de ladridos y motores de cortadoras de pasto, ruido sordo que no se encuentra ni en la más proleta de las poblaciones populares.

El volcán Llaima al atardecer desde mi ventana en Primavera.

Si aquí vive gente tan selecta, ¿Qué cabe esperar para otros lugares, en donde se sabe no abunda la sensibilidad cívica o el sentido estético?
En otros países que ya aprendieron a vivir en respeto mutuo, "die Hunde gehören an der Leine"(los perros deben andar amarrados) y la bulla que pueda molestar a los vecinos sólo está permitida hasta cierta hora.


Aquí se hace urgente legislar sobre el asunto pues no es muy grato andar sacando los pesados tejos pasados de quienes cuentan con una cobardía cívica generalizada y una incapacidad para el conflicto y el diálogo y se aprovechan mientras pueden.
Primavera puede y debe ser un lugar excepcional para vivir y no la versión con jardines de la población callampa.


Saludo cordialmente a quienes tengan respeto por sus prójimos y su diversidad. Que el año 2006 nos sea propicio, que nuestros hijos crezcan sanos y tranquilos, que nuestro país se convierta en un buen lugar para vivir y sus dirigentes tengan como única orientación el bienestar de toda la comunidad nacional. 

Gerardo Santana Trujillo